Ella era lo inmediato.
	Era el agua que no debía saberse,
	era la amistad que obstaculiza,
	el alimento primario de la tibieza y su vida.
	
		Ella era tiempo sin abrasar,
	ánimo latente.
	Ella tenía la edad y aún así temblaba.
	
		Ella era cosa y agrado,
	ella ya no era, ella somos ya.