SANCHEZ, DAVID
Quería mezclar un cóctel de drogas con una sesión de ouija, que sucediese en España, y que todo tuviera el ambiente de las últimas películas de Buñuel, comenta David Sánchez a propósito de 'La muerte en los ojos'. Un mareo de influencias que a lo largo de sus 24 páginas maneja de forma hipnótica y que, en el proceso, se convierte en otra cosa, mejor que lo ideado en un principio.