No se puede negar que, en los últimos siglos, se ha crecido enormemente en sensibilidad hacia el individuo y sus derechos, pero no parece realista pensar que hayamos alcanzado un orden de convivencia que promueva, todo lo posible, la dignidad personal, que minimice la injusticia o que promueva individuos capaces de vivir en armónica paz; una cultura que termine de ser eficaz en la protección de los más vulnerables frente un amplio espectro de abusos potenciales. Los medios de comunicación y, sobre todo, los múltiples estudios científicos de parte de las ciencias humanas y sociales, el derecho, la psicología o las ciencias económicas y políticas, por citar sólo algún ámbito, ponen sobre la mesa situaciones particulares y colectivas que alertan sobre la naturaleza ambigua de la matriz sociocultural que habitamos. Parece que nuestra globalizada cultura urbana occidental, cargada de beneficios, al tiempo, está sustentada sobre un humus que alimenta una marcada tendencia a la utilización de los otros, a la búsqueda de posicionamientos de dominio, en términos generales, a la vulneración de los derechos de algunos individuos y colectivos más frágiles. Este trabajo se une a las muchas voces de diversos ámbitos, también el académico, que expresan que, con toda seguridad, hay más aspectos estructurales necesitados de atención de lo que pueda parecer a simple vista y nos gusta imaginar en relación con el abuso Esta obra completa el catálogo de Thomson-Reuters Aranzadi.